En la ciudad de El Alto, Bolivia, se llevó a cabo un proyecto que marcó un antes y un después en la comunidad. Desde marzo de 2008 hasta marzo de 2011, un ambicioso programa se emprendió con el claro objetivo de mejorar la nutrición de los niños menores de 2 años.
Este proyecto tuvo un propósito fundamental: reducir la alarmante prevalencia de la desnutrición infantil en 14 urbanizaciones del Distrito Municipal 8 de El Alto. Para alcanzar este objetivo, se implementó con éxito el programa nacional “Desnutrición 0” mediante la Metodología con Base Censal en un período de 3 años. El área de Senkata, Distrito Municipal 8, fue el epicentro de esta transformación, beneficiando a una población de aproximadamente 9,000 habitantes. La comunidad se unió en un esfuerzo conjunto para cambiar el destino de sus hijos.
Uno de los pilares de este proyecto fue la calidad y profesionalismo del personal de salud involucrado. Estos profesionales altamente capacitados y dedicados jugaron un papel fundamental en la implementación de estrategias efectivas y la prestación de atención de calidad.
Los centros de salud locales también desempeñaron un papel crucial al proporcionar recursos y servicios esenciales. Esto garantizó el acceso a atención médica y seguimiento nutricional, fortaleciendo los lazos entre la comunidad y el sistema de salud.
Las madres de la comunidad jugaron un papel vital en este proceso. Participaron activamente en el proyecto, adoptando prácticas de alimentación más saludables y promoviendo un entorno propicio para el crecimiento y desarrollo de sus hijos.
Las autoridades vecinales lideraron la comunidad, facilitando la comunicación y coordinación entre los residentes y los responsables del proyecto.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como aliado estratégico apoyo, brindando recursos financieros y experiencia técnica. Su compromiso con el desarrollo sostenible fue esencial para llevar a cabo el proyecto de manera eficaz.
Este proyecto, “Mejoramiento del Estado Nutricional de Niños y Niñas”, no solo mejoró la salud de los más jóvenes, sino que también demostró el poder de la colaboración y el compromiso comunitario. Dejó un legado de cambio y esperanza en El Alto, recordándonos que juntos podemos lograr transformaciones significativas en nuestras comunidades.
En el video que se encuentra a continuación, el BID y el CSRA han documentado su experiencia y la vivencia de la comunidad durante la implementación de este proyecto. Le invitamos a verlo.